El aceite de semillas de uva es un gran desintoxicador, rejuvenecedor, antiinflamatorio y antibacteriano. Sus principios activos protegen el cuerpo de los radicales libres, evitando el envejecimiento y deterioro prematuro de tejidos y células, por lo que ayudan a mantener al cuerpo joven y a evitar arrugas, piel marchita o envejecida.
Es uno de los mejores antioxidantes que existen, rebasa en efectos positivos a la vitamina C, E y el betacaroteno, permanece por tres días en el organismo combatiendo eficazmente los radicales libres.
Es un potente anti-bacteriano y anti-inflamatorio, por lo que ayuda para innumerables enfermedades inflamatorias o bacterianas como la dermatitis, demás problemas de piel, sinusitis…
Es usado por la industria cosmética por su ligereza, lo que hace que sea de fácil penetración, dejando la piel lisa y limpia gracias a sus efectos calmantes y curativos. Al absorberse rápidamente es bueno para cualquier tipo de piel, ya que la tonifica sin tapar los poros. Si lo que buscamos es hidratar el cuerpo podemos aplicarlo para dar masajes en pies, codos y manos. Como crema corporal, ayuda principalmente a la piel dañada y en el rostro reduce el aspecto de líneas y arrugas finas.
